Los tensoactivos se pueden clasificar según diferentes criterios, pero la clasificación más común se basa en la naturaleza de la parte iónica de la molécula.
Aniónicos:
La parte hidrófila tiene una carga negativa.
Son los tensoactivos más utilizados en la industria cosmética.
Ejemplos: Lauril sulfato de sodio (SLS), lauril éter sulfato de sodio (SLES), oleato de sodio.
Usos: Se encuentran en champús, jabones, detergentes y espumantes.
Catiónicos:
La parte hidrófila tiene una carga positiva.
Se utilizan principalmente como acondicionadores y suavizantes.
Ejemplos: Cloruro de cetrimonio, cloruro de behentrimonio.
Usos: Se encuentran en acondicionadores para el cabello, suavizantes de telas y desinfectantes.
No iónicos:
La parte hidrófila no tiene carga eléctrica.
Son menos irritantes que los aniónicos y catiónicos.
Ejemplos: Polisorbato 20, polisorbato 80, coco-glucósido.
Usos: Se utilizan en una amplia variedad de productos, como cremas, lociones, champús y acondicionadores.
Anfotéricos:
La molécula puede tener tanto una carga positiva como negativa, dependiendo del pH del medio.
Son suaves para la piel y el cabello.
Ejemplos: Coco-betaina, cocamidopropil betaína.
Usos: Se utilizan en champús para bebés, productos para pieles sensibles y espumantes.
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